A pesar de que casi me da un infarto la mañana del viaje por razones extrañas (bueno, creo que más bien por que ese día no cené ni desayuné a la mañana siguiente y a penas dormí entre media y una hora) y de que comprar una mini-cocacola allí te podía llegar a costar 4 euros me encantó el viaje.
No estoy muy segura del gusto de la gente que me acompañaba, pero a mí los museos me dejaron con la boca abierta, nunca había visto esculturas tan gigantes o con tantas variedades de colores o con tanta precisión que parecían vivas y como gran amante del arte ver cuadros que eran de mis favoritos me emocionó muchísimo.
He de aceptar que me pasé tomando fotos (terminé haciendo unas 1000 o así) y la verdad es que ni siquiera sé para que hice tantas, al fin y al cabo lo que vale de las experiencias no son las fotos que hayas hecho sino cómo te sientes en ese momento, y, OS PROMETO CON TODA MI ALMA, que no era postureo, no he subido ni una foto a las redes sociales aunque me gustaría la verdad, pero soy una vaga, a saber cuando subo alguna, además de que solo saldré en unas 10 de esas fotos e incluso menos, pero bueno.
Aquí os he dejado unas poquillas fotos porque sino el blog quedaba muy soso y eso no me gusta nada, de todas formas ya está,eso era todo lo que quería decir,
un besazo <3.

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